Muchos han sido los gritos de auxilio de miles de estudiantes pertenecientes o egresados de la Universidad Publica, frente al tema de los malos manejos administrativos de los rectores y las directivas de las Universidades,de la falta de escenarios y de espacios idóneos, de los pocos recursos con los que se cuenta, de la falta de inversión y de un sin número de problemáticas que afrontan.
Incluso desde estos mismos escenarios, se habla de los "adoctrinamientos" ciudadanos, de nuestras malas elecciones, en fin; pero acaso se habla de los adoctrinamiento enfermizos ejercidos dentro de sus mismas instalaciones y que repercuten fatidicamente en las miles de conductas violentas recurrentes como lo observado con el precandidato presidencial candidato Sergio Fajardo en nuestra amada UTP; aclaro no soy Fajardista pero no estoy a favor de estas conductas.
La universidad es llamada Alma Mater debido a que "ESTA EN SU NATURALEZA GENERAR EL SABER y TRANSFORMAR AL SER HUMANO POR MEDIO DEL SABER" pero cuando por sesgos personales impido o imposibilitó un libre ejercicio democrático, acaso no soy lo mismo que crítico, un pobre adoctrinado, un títere incapaz de generar un debate elocuente, prágmatico, serio,que permita tener un punto de vista más amplio de un contexto y no solo el limitado que ejerzo y que tanto crítico.
Si se habla de una transformación del ser humano mediante el conocimiento, entonces son los escenarios académicos los llamados a este tipo de debates, si nos jactamos de ser el futuro de un país,si tan inconformes nos encontramos con la forma de hacer política, de los politiqueros, de la falta de escenarios de participación e intervención juvenil y no lo permitimos o no participamos, que criticamos, porque para un discernimiento, se requiere escuchar a todos los actores con una mente abierta y sin perjuicios, debatir con argumentos, estrategias, preguntas claves y claras frente a las propuestas no se trata de criticar por criticar se debe escuchar, procesar y argumentar.
La universidad nos prepara para este tipo de debates, para tener argumentos lógicos, agudos, críticos, para investigar y para cuestionar desde el saber, así que las Universidades son los escenarios idóneos para ampliar nuestra perspectiva, pero cuando pensamos de manera empobrecida, limitante e impidiendo la expansión del conocimiento que se nutre con la diferencia y la diversificación del saber y de las vivencias del individuo y ademas intentando imponer mi razón, se pierde la valiosa oportunidad de llegar a estos escenarios, que pocos, tienen el privilegio de disfrutar y del verdadero aprovechamiento del conocimiento.
Estas conductas y comportamientos son los que estamos llamados a transformar, no se trata de generalizar a todos los estudiantes o egresados, sabemos que son unas cuantas células, pero ya es hora de que las universidades públicas observen lo que ocurre al interior de sus instalaciones, pues estos escenarios de ciencias y saber, no pueden ser trincheras para refugiar y justificar conductas que generar más odio y violencia.
Es desde estos espacios, donde debemos también promover, la paz, el diálogo y la reconciliación, la crítica sin fundamento, el odio y las conductas bélicas de intolerancia, no se pueden seguir propagando y menos en los escenarios del conocimiento, si tanto se reclama un escenario democrático,participativo, no actuemos de manera incongruente a lo que solicitamos con las palabras, es de sabios saber escuchar, respetar y permitir los diferentes puntos de vista, para tener un intelecto con crecimiento evolutivo.
Deberíamos ir en constante evolución crítico analítica y conductual, pero vamos en involución, estancados repitiendo patrones y conductas dañinos para nuestra sociedad, que a viva voz somos tan conchudos de criticar y que impiden un verdadero diálogo y una verdadera construcción.
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