Casi cada día en un bloque de apartamentos del sureste de Kiev, una decena de mujeres se reúnen para confeccionar “kikímoras”, como se conocen en Ucrania los trajes a tiras de camuflaje que permiten a los francotiradores confundirse con el paisaje.
“Hicimos el primero, nos lo probamos en los árboles del parque y lo mandamos al frente”, explica Julia Julaeva, la impulsora de la idea. “Los francotiradores nos dijeron que era fantástico y nos sugirieron algunas mejoras, como ponerle más tiras de saco y una goma para ajustarse la capucha”, cuenta Julaeva.
El éxito de la primera prueba llevó a Julaeva y a las demás iniciadoras del proyecto a intensificar la producción, y el grupo ya ha proporcionado al ejército de su país 175 trajes de camuflaje que pueden ser utilizados por los francotiradores pero también por los soldados que se echan al monte en misiones de reconocimiento.
En este taller de sastrería militar improvisado se producen dos modelos distintos de “kikímora”. El más habitual se hace con telas verdes y de camuflaje y con trozos de saco de cáñamo, pero durante el invierno se han venido confeccionando también “kikímoras” blancas para que los soldados pudieran operar en la nieve.
Los trajes de camuflaje que confeccionan se conocen en Ucrania como “kikímoras” por la criatura, peluda y amenazante, de la mitología eslava del mismo nombre. Al igual que las Kikímoras de la mitología, los francotiradores camuflados no pueden ser vistos y causan inquietud y terror en el enemigo. Fuente: EFE
Comentarios de los usuarios
Deja tu comentario: