Ucrania está intensificando su capacidad de espionaje electrónico y de señales como respuesta a la escasez crítica de municiones y recursos humanos en medio del conflicto con Rusia. El nuevo jefe del ejército ucraniano, el general Oleksandr Syrskyi, ha puesto énfasis en impulsar la guerra electrónica, lo que ha llevado al Ministerio de Defensa ucraniano a aumentar el presupuesto destinado al personal especializado y la tecnología necesaria para este fin. 

Esta estrategia de guerra electrónica implica interceptar y analizar las emisiones de radio y otras señales emitidas por las tropas rusas. Con esta información, el ejército ucraniano puede anticipar ataques inminentes, fortalecer sus propias operaciones y prevenir ataques con drones enemigos. 

La unidad de inteligencia ucraniana, apodada humorísticamente como Conejitos de Cherkesia, juega un papel crucial en esta labor, identificando signos que preceden a los ataques rusos y proporcionando información vital para la toma de decisiones estratégicas. 

La mayoría de los miembros de esta unidad de espionaje son voluntarios conscientes de la importancia de su labor en el conflicto. Entienden que la información recopilada a través de la guerra electrónica es fundamental para ganar la guerra, especialmente en un contexto donde el apoyo de los aliados occidentales parece menos firme. En paralelo, los países occidentales también están intensificando sus esfuerzos para contrarrestar las operaciones encubiertas rusas, como lo demuestra la reciente expulsión de funcionarios rusos de las capitales occidentales.

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