Credit: Fotomontaje El Expreso

Adriana Vallejo de la Pava, actual Secretaria de Gobierno, ha logrado que en poco tiempo, los vendedores estacionarios de la calle, invadan la carrera 9a con calles 16 y 17 entre otras, y no ha sido fácil convencerlos de que cada uno coloque doce cajas y una sombrilla de playa, no lo podemos negar, que le dan el colorido de la antigua galería, a pesar de las incomodidades de los que se atreven a pasar por allí.   

Es méritorio que en tan poco tiempo esté invadida esa calle  

Lograr reunir 29 puestos de verduras, ollas, ropa y comida en una calle, aunque tengan que invadir 3/4 partes de los andenes y 2 metros de vía no es fácil; ignorar las denuncias y quejas de la ciudadanía requiere el cinismo de un político oportunista y un oído de artillero, para no atender ni escuchar el clamor de los pereiranos, que molestan por más espacio público, con lo bueno que es transitar por la calle toreando motos y taxis, eso es adrenalina pura señores.  

La belleza de una calle invadida de puestos es como aquella tarjeta: «no tiene precio»

Si comparamos las calles 17 y 18 con carrera 9a (la del Éxito) con las calles 16 y 17, la diferencia es enorme, pasar dejando medio pantalón o el vestido enganchado en las puntillas de las cajas de verduras, perder un ojo en las varillas de las sombrillas playeras que rozan las fachadas de las ferreterías, mancharse con el plátano que asoma amontonado dejando si acaso 30 centímetros de anden, o resbalar en las cáscaras de verduras a medio podrir, es algo que nos da identidad y se debe incentivar para mostrar a  lugareños y turistas.  

Cómo dejar pasar el olor de una zapatilla o la palmada en sus oídos para aprovechar la promoción de todo a $2.000  

Pero si de invasión hablamos, no debemos olvidar  desde la calle 20 hasta la 12 con las carreras 8a y 9a, espectáculos dignos de ver y recorrer, malo, malo compra zapatillas de excelente imitación o al menos siente su olor cuando el vendedor de manera ágil e invasora, se la restriega en la cara, y del animador que sorpresivamente sale del almacén aplaudiendo tan fuerte, a la altura de sus oídos, que quedan a medio reventar, pero lo mejor está en que o escoge la calle donde las motos van como locas o la mitad del anden (recordemos, contra las fachadas hay más vendedores) eso sí, peleando ese pequeño carril de 30 centímetros con los carritos de café y avena, y no es fácil, ¿cuántos tobillos han sucumbido bajo las llantas de esos preciosos vehículos blancos de hierro?  

Reflexión  

Alcalde, blinde ese contrato, de pronto otro alcalde envidioso se lleva esta secretaria  

Adriana Vallejo, reina absoluta y sin rival, el alcalde debe mantenerla en su cargo y que el próximo alcalde la ratifique, es muy valiosa su labor, promueve el libre mercado, el emprendimiento, el turismo, el consumo de verduras a pie de calle, el deporte de riesgo, la compra o reparación de ropa (por fin trabajo para sastres y modistas), una funcionaria así, vale su peso en oro, afortunadamente para los pereiranos, así la vio Vásquez y así la ve Gallo.  

Secretaria Adriana, ¿para cuándo va a llenar la acera y la terraza de la biblioteca Ramón Correa?, ahí mismo frente a los puestos de verduras que usted propicio, es más, propongo que lo haga antes de diciembre y que se llame «Mercadillo los cacharros de Adriana» seria un justo homenaje.  

Entérate con El Expreso