Credit: Fotomontaje: El Expreso

Hace una semana falleció esta anciana luego de que su nieto la sacara de la Fundación Juan Pablo II en malas condiciones, » mi abuelita estaba deshidratada, tenia un cuadro glicémico muy bajo, desnutrición crónica, úlceras sobreinfectadas, anemia, signos de abandono social y mala higiene física…en el hospital de San Joaquín me dijeron «su abuela no va a sobrevivir, esto que tiene no es de ahora, esto es de más de un mes y no es la primera vez que de ese asilo hacen esto tan miserable». Esta Fundación está entre las investigadas por el robo a los ancianos en Pereira del año 2015, pagos dobles e inexplicables, facturas inexistentes y cobros por ancianos que no atienden, su representante D’HUBERTHY CARDONA tiene poder y ¡es presidente de la Asociación de Adultos Mayores de Risaralda! 

La Fundación Juan Pablo II cobró en 2016 y 2017 por más ancianos de los que atendió en Dosquebradas, y como Daniela López la Secretaria de Desarrollo Político y Social de Pereira, son del Partido Conservador cuyo jefe es el senador Samy Merheg. Ya la Personera Sandra Lorena Cárdenas está actuando con su equipo ante las autoridades competentes sobre esta delicada denuncia.

Alcalde Carlos Maya, ¿hasta cuando siguen los ancianos abandonados, contratos con fundaciones investigadas y una secretaria que al parecer no cumple sus deberes?                                 

En Pereira se paga por abuelo $953.000, además Daniela Gil López, Secretaría de Desarrollo Social, debe tener una supervisión constante y cualquier abuelo que se retira debe tener una razón, le deben enviar una justificación para retirarla y existe una responsabilidad solidaria entre la supervisora asignada y la señora secretaria, algo pasó acá y nada bueno es.  

>>  Véase también  Fundación Juan Pablo II investigada en Pereira y Dosquebradas y sigue contratando

Hace tres años tenía buena salud y buen ánimo, hasta recitaba poesías

Ese fue el estado en que la dejaron, ya que a ella había que darle la comida licuada y no lo hacían… llegó al hospital en estado severo de desnutrición y con pañalitis (no era la primera vez).

Esto denuncia su nieto

«La ingresaron en 2016 a Juan Pablo II y tenía un estado de salud excelente, lo único era que se nos escapaba pues estaba un poco incoherente y como no teníamos recursos para atenderla ya que teníamos que trabajar creímos que llevarla a un ancianato era lo mejor para su bienestar y sería bien cuidada.

En esa época la concejal Judhit Giraldo nos ayudó a ingresarla con un cupo del municipio. Primero la ingresamos a la sede que ellos tienen en Santa Mónica en Dosquebradas, pasó a San Joaquín (allí de le empezó a ver el deterioro) y finalmente quedó por Morelia, sede del Juan Pablo II donde se vio más el deterioro».

Las cremas para evitar la pañalitis estaba en una oficina

«Nosotros la visitábamos cada ocho o quince días o a veces un mes, porque no teníamos el espacio suficiente ya que  teníamos que trabajar, mi hermana era la que más la cuidaba a ella, incluso le llevaba los pañales ya que ellos nos decían que nosotros debíamos llevar pañales y cosas, cuando nos dimos cuenta que era la alcaldía que les daba, incluso llevábamos cremas que nunca le echaban, por que veíamos en la oficina las cremas. También le llevábamos nutrición a ella, una que nosotros siempre le hemos dado».  

Ellos al no darle lo que nosotros le llevábamos y que ella nos pedía, se fue deteriorando                           

«Yo veía ancianitos allá que al no tener familiares y estar solos, los amarraban de una silla porque eran muy rebeldes, los descuidaban, incluso cuando yo visitaba ami abuelita ella estaba dopada, yo les decía «oigan ella esta dopada» decían, no no no.  Les decía que los comprendía porque mi abuelita es muy activa».           

Me avisaron cuando estaba muy mal 

« Ellos me llamaron hace como un mes por la noche, me dijeron «mira tu abuela amaneció baja de apetito, no ha querido comer nada, tiene problemas de respiración, no sé si quieres llevarla a urgencias o quieres esperar que llegue el otro día», les conteste, ustedes son los expertos, díganme si ven la prioridad de yo ir a recogerla o ustedes la pueden tratar allá a lo que respondieron, «No, si quiere esperemos hasta el otro día y miramos, ¿entonces la reanimamos o no?» . Yo estaba inocente de saber qué era reanimarla, creí que era darle un poco de oxígeno o algo,  yo vine a darme cuenta qué era una reanimación cuando llegué a urgencias con ella.  

Se supone que Carlos es el jefe de allá y me dijo:

– Mira es que me contaron que usted no quiso recoger a la abuelita.

Le pregunte que cómo así y me respondió:

– Es que a ella ya la reanimaron. 

De  nuevo le pregunté, ¿cómo así? y me dijo:

Sí, es que ella esta muy grave. 

Le dije ya voy para allá y recojo a la abuela, y me  advirtieron que era mi  responsabilidad si me la llevaba, que no podía hacerlo, era como en un  vaivén. 

Como me decían que estaba muy grave les dije que iría por ella,

– «Usted no puede entrar» me respondieron.

Y comencé a indagar, «¿tiene infección urinaria o cómo está?». Ahí se pusieron nerviosas las enfermeras».

«Al final me dijeron que si quería entraba pero no puede tocar a la abuela. Al entrar ella estaba blanqueando los ojos, agonizando ya».

Les pedí que me dejarán todo en el acta, me dijeron «¿cuánto hace que no viene a ver a la abuela?»,  les contesté «señores ustedes me dijeron que no podía venir por esta pandemia».

Me la llevé y en el hospital de San Joaquín me dijeron «su abuela no va a sobrevivir, esto que tiene no es de ahora, esto es de más de un mes y no es la primera vez que de ese asilo hacen esto tan miserable». Mi abuelita estaba deshidratada, tenia un cuadro glicémico muy bajo.

Del hospital me entregaron las constancias de todas las inconsistencias que han tenido de ese asilo y ahí fue donde empecé este procedimiento y conseguí testimonios de personas cuyos familiares probablemente han fallecido allá o saliendo de allá.

Mi abuela se puso mejor y como estaba desnutrida, la pasaron con el nutricionista, además estaba muy quemada por esa pañalitis. Me la lleve para la casa y se estaba recuperando físicamente aunque no nos reconocía, pero empezó con una tos y a sonarle el pechito, comenzamos a buscar la cita médica, días después nos dieron la cita y hallaron heridas en pies y manos, escamas en el cuerpo, y muy desnutrida.

Cuando falleció mi abuelita, le avise al abogado y llamé a la funeraria.»

«Así la encontré cuando la recogí de Juan Pablo II»

¿Contralor Juan David Hurtado para cuando entrega los resultados de los procesos que lleva de la Fundación Juan Pablo II?

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