Rusia ha emitido una orden de búsqueda contra la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, y el ministro de Cultura lituano, Simonas Kairys, por su supuesta participación en la «destrucción de monumentos soviéticos». Esta medida se produce en medio de tensiones crecientes entre Rusia y algunos países de Europa del Este, particularmente Estonia y Lituania, debido a las políticas relacionadas con la memoria histórica y la posición de estos países frente al conflicto en Ucrania. 

La orden de búsqueda, emitida por el Ministerio del Interior ruso, incluye a Kallas y Kairys en una lista de personas buscadas por presuntos delitos relacionados con la destrucción o degradación de monumentos dedicados a los soldados soviéticos de la Segunda Guerra Mundial. Esta acción se interpreta como una respuesta directa a las políticas implementadas por Estonia y Lituania, quienes han retirado monumentos soviéticos de su territorio, especialmente después de la invasión rusa a Ucrania. 

Las autoridades rusas acusan a Kallas y Kairys de acciones hostiles contra la memoria histórica y contra Rusia. Este movimiento se produce en un contexto de creciente tensión entre Rusia y los países bálticos, donde se ha observado un fortalecimiento de la presencia militar rusa cerca de las fronteras de Estonia y Lituania. Además, este episodio evidencia la polarización en Europa del Este, donde las posturas hacia Rusia y la Unión Europea son motivo de conflicto interno y externo. 

La respuesta de las autoridades estonias y lituanas aún no se ha hecho pública, pero es probable que este incidente aumente las tensiones diplomáticas entre Rusia y los países bálticos. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue observando con atención estos acontecimientos, consciente del potencial impacto en la estabilidad de la región y en las relaciones entre Rusia y la Unión Europea.

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