Credit: Fotomontaje El Expreso

En Julio de 2017 lo denunciamos apoyados en un trabajo minucioso de la personera, Sandra Lorena Cárdenas, y su equipo encabezado por FT, trabajadoras sexuales y la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes en Pereira. Hemos recorrido las mismas calles y vemos muchos rostros nuevos y lamentablemente son más, esas zonas de Pereira albergan esa cara de la ciudad que muchos gobernantes prefieren que no se vea, con otro agravante, las zonas, protagonistas y horarios se han ampliado de manera enorme.

Están en más sitios, ahora es de día y de noche y con más protagonistas

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Plaza de Bolívar, Parque El Lago, Parque de La Libertad, Carrera 7a y 8a entre calles 12 y 35, calle 12 entre carreras 9a y 10a, bajo el Viaducto César Gaviria por la sexta, puentes de la 9a y 10 con Ferrocarril y esquina de la carrera 9a con calle 16, a partir de las 11:30 p. m. hasta las 03:30 a. m., con el agravante de que ahora los vemos desde las 10 de la mañana en el Lago, Plaza de Bolívar, Parque de La Libertad y puentes de la 9ª, en el día deambulan niños, niñas, adolescentes y mujeres adultas. Los días viernes y sábados entre las 11:00 p. m. y las 4:00 a. m. se vieron hasta 90 NNA.

La calle 12 entre carreras 8 y 10 menores, droga y clientes

Corrillos de menores, para consumir licores, cigarrillos, marihuana y también «pega industrial» que inhalan de una pequeña bolsa plástica, también se ve cómo estos menores ofrecen sus servicios sexuales a los ocupantes de los vehículos que transitan por el sitio.

Entre las 02:00 a. m. y las 03:00 a. m., en avanzadas horas las menores ya enajenadas mentalmente por la cantidad de alucinógenos consumidos, abordan cualquier vehículo que las lleve, luego de una breve negociación.

En la Plaza de Bolívar las NNA abordan vehículos particulares, pero la carrera 9a con calles 15 y 16 son más concurridas, allí las y los menores son abordados por individuos quienes desde sus vehículos las llaman y sin tomar mucho tiempo para negociar se marchan. En promedio tardan una hora en regresar.

Hasta tres servicios logran en una noche las menores, ropa escasa y ligera, es el atractivo para que a pesar del frío de la madrugada muestren sus cuerpos a los «clientes» que pagan por «un ratico» entre $50.000 y $15.000.

Algunas son llevadas a fiestas particulares, moteles, residencias del sector o en los mismos vehículos.

Mucho taxista recoge niñas, ¿para ellos o para clientes?

La menor regresa de un «trabajo» o «servicio», este hombre con apariencia de habitante de la calle le ofrece sustancias psicoactivas.

De la investigación realizada en 2017, y lo visto en estas semanas por nuestro equipo, el único cambio ha sido el aumento de NNA y de las zonas de confluencia y no es solo de noche, en el día menores de hasta 10 años de edad, empiezan vendiendo su cuerpo por una invitación a fincas por fines de semana, para comprar el celular de moda y ropa de marca, luego caen en el vicio y pierden el control para terminar en las calles y volviendo habitual las residencias de la calle 12 y del centro de la ciudad. Otras vemos cómo en la Plaza de Bolívar y alrededor son ofrecidas por familiares, unas en busca la droga o necesidades familiares, otras que escapan de sus casas, pero todas tienen un solo fin. Y no olvidemos lo que hace años acá denunciamos de barrios como Salamanca y otros donde NNA «madrugan» a prostituirse en apartamentos del mismo Barrio, para llevar algo de platica a sus casas.

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