«El agente liquidador no pudo subastar el equipo y menos fue capaz de venderlo directamente. El único paso a seguir fue la adjudicación que es lo que estaba fijando el despacho en el día de hoy», dijo Mario Arboleda, luego de conocerse está decisión que tarde, pero  por fin llega. 


Ahora, a normalizar la situación del equipo, aunque no podemos ignorar que tampoco le fue mal a Candamil, se aferró a esta silla hasta último momento, y si la gestión para la que se trajo es un rotundo fracaso no se puede decir lo mismo de los manejos que hizo en el equipo, seguro nada mal, el manejo de las cuentas bancarias, traspaso de jugadores y boletería.

 Le corresponde a los que llegan limpiar a fondo y enderezar el rumbo, ¡ah! y que no sigan el mensajero y el de seguridad moviendo cientos de millones del equipo en sus cuentas como en la gestión de Candamil.

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